En los últimos años, Latinoamérica ha vivido una revolución digital que ha transformado la manera en que trabajamos y cómo interactuamos con el mundo. En el Perú, esta transformación ha puesto al país en una posición crítica: somos testigos del inmenso potencial de la tecnología, pero también de las barreras que enfrentamos para aprovecharla al máximo. ¿El mayor obstáculo? La escasez de talento especializado y calificado.
La Organización Internacional del Trabajo proyecta que este año el Perú necesitará 80,000 profesionales de tecnología. En tanto, la Encuesta de Escasez de Talento 2024 de ManpowerGroup, nos dice que el 65% de los empleadores peruanos tiene dificultades para encontrar candidatos con las competencias necesarias para los puestos vacantes en distintos sectores, entre ellos el tecnológico. Mientras se registra esta paradoja de ecasez entre la oferta y demanda de profesionales, el crecimiento del sector sigue su curso, y muestra la urgencia de preparar a nuestra fuerza laboral para los retos del futuro.
Desde nuestra experiencia, como líderes en la industria TI, consideramos necesario ejecutar soluciones que incluyan programas de capacitación específicos y alianzas estratégicas con universidades e institutos técnicos para promover talento calificado. Por ejemplo, el Estado peruano estableció la Plataforma Nacional de Talento Digital que busca fomentar la capacitación en habilidades tecnológicas. Estos esfuerzos buscan reducir la brecha de talento y preparar a los profesionales para liderar en un mundo donde la innovación y la agilidad son esenciales.
La escasez de talento amenaza la competitividad de las empresas y el desarrollo económico del país, más aún en el subsector de los centros de datos, que son el corazón de la digitalización en el país. Estos espacios no solo permiten la continuidad de las operaciones de sectores clave como telecomunicaciones y servicios financieros, sino que también son fundamentales para garantizar el crecimiento sostenible de la economía digital.
Formar talento para gestionar estos entornos críticos no es tarea sencilla. La falta de programas educativos especializados y la desconexión entre la academia y las necesidades del mercado laboral, limitan el desarrollo de competencias técnicas en áreas como gestión de TI, ciberseguridad y mantenimiento de infraestructuras digitales.
A pesar de ello, esta brecha no es un obstáculo insuperable, deberíamos verla como una oportunidad única para invertir en el futuro del país y de la industria tecnológica. Iniciativas como las mencionadas anteriormente, demuestran que es posible cambiar esta realidad con trabajo conjunto y una visión clara. Si logramos fortalecer las capacidades locales, podríamos posicionar al Perú no solo como un participante, sino como un líder en la región.
Sabemos que la demanda de talento tecnológico en Perú sigue creciendo, en especial en las áreas críticas de respaldo, proyectos y digitalización. De modo que para apostar por el talento nacional, todas las instituciones deben renovar sus políticas de formación y actualización de competencias y habilidades. Así, contribuimos a garantizar la continuidad de los negocios en el país y la región.
